Tinta negra
Música de caja registradora
Por: Cristhian Camilo Gonzales Parada
Desde hace dos años comenzaron a verse los cambios de género musical de algunos artistas latinos que hacían pop, rock, baladas, e incluso hasta vallenato. El “Boom reggaetonero” invadió todo obligando a los artistas tradicionales a sumarse a esta ola que promete fama y dinero. Este es el caso de cantantes como Shakira, Carlos Vives, Luis Fonsi, Ricky Martin, Enrique Iglesias, entre otros, que dejaron a un lado el pop, el vallenato y las baladas, para comenzar a dedicarse a este género urbano. Desde que el reggaetón llegó a posicionarse como uno de los géneros musicales más escuchados en América Latina y en el resto del mundo por los jóvenes, estos artistas, tuvieron que ceder ante los requerimientos de sus seguidores para incursionar en este universo que los obligó a dejar atrás su estilo o marca.
Las fusiones de estos cantantes de hecho han sido tan exitosas que han llegado a ser consideradas éxitos mundiales. El mejor ejemplo de ello, fue “Despacito” de Daddy Yankee ft Luis Fonsi, tema que terminó convirtiéndose en un remix que fue acompañado de Justin Bieber y que se volvió una de las canciones más escuchadas del momento.
Pero esta fuerza y rentabilidad musical, ha llevado a que los otros ritmos y géneros musicales comiencen a olvidarse, pues hasta los nuevos artistas deciden emprender sus inicios en el reggaeton, ya sea decisión propia o por la de sus disqueras.
De esta manera, se hace evidente cómo el consumismo ha logrado cambiar ideales e identidades. Hoy la música es vista como negocio, como una caja registradora y no como un arte. Atrás quedaron los CD y las letras que fueron himnos y gritos de resistencia. Todo fue remplazado por ecos que no significan nada y por ritmos que ni si quiera son producidos por instrumentos musicales reales. Hoy lo que importa es que ponga a bailar y a pensar “despacito”.