top of page

El hombre de las mil vidas

Por:  María Alejandra Ríos y Sebastián Alejo

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

 

 

 

El salón B304, en donde se dicta la clase de Psicología comunitaria, abre sus puertas. Entonces entra Jack Sparrow, protagonista de Piratas del Caribe, con su pistola y su brújula, recordando sus apuntes para la exposición que tiene. A su vez, los compañeros lo observaban de manera despectiva haciéndose a la idea de su personalidad.

 

En un lugar aparte, con un atardecer sombrío y una lluviosa Bogotá aparece un escenario de Shinanime, un espacio para los amantes del mundillo geek y el anime, lleno de personajes fantásticos salidos de películas y series, traídos a una realidad que parece alternativa.

 

La tarima se llena de los súper héroes más queridos cuyas capas hondean mientras ellos desfilan uno tras otro. Primero la Liga de la Justicia se apodera del escenario, después llegan los amantes de Marvel con sus armaduras novedosas haciéndose notar, como siempre. El concurso de cosplay comienza. Las luces se apagan y el duelo entre Vegetta y Black Goku comienza. Las patadas de uno y la astucia del otro combinan perfectamente, pero Black se apodera del escenario actuando de manera excepcional, el público aplaude y él da una simple reverencia dándole paso al siguiente participante.

​

Cosplay significa costume play y es la unión de la interpretación y la producción (vestuario y maquillaje) de un personaje establecido”, explica Conde Olrox con voz seria y juvenil. “Un amigo me explicó todo el tema de cosplay y me pareció genial hacerlo”, dice.

​

El asiento de la tercera fila en Shianime ocupado por Black Cat (Paola Ospina), una mujer hermosa que fue figura en Amazing Spiderman (1979), coqueteando con su cabello comenta  que “todo este tema consta de dos partes: el traje y la puesta en escena. Uno puede tener un súper traje, pero si la interpretación no está bien hecha, no vale” afirma Paola.

“Es totalmente normal ver a una persona en las calles de Tokio haciendo cosplay. Esto nació hace muchísimos años en una comunidad de fanáticos de Star Wars en Japón que decidieron caracterizar los personajes de la saga.” Además, siendo las personificaciones reconocidas a nivel mundial y una forma de identidad de este país lleno de extravagancias, el cosplay “No se limita a personajes orientales también se pueden representar personajes de ciencia ficción”, explica con emoción Conde Olrox.

​

SOFA 2015 fue el primer escenario de Conde quien a veces encarna a Jack Sparrow, según él, en esa oportunidad, el personaje que interpretó fue la peor versión que ha hecho del capitán. Recolectó todo lo que tenía en su casa para crearlo “la gente empezó a pedirme fotos y fue muy interesante, sin meterme lo suficiente en el mundo del cosplay”, cuenta.

En la segunda oportunidad, Conde asistió a La marcha cosplayer, nuevamente como el capitán Jack, pero más mejorado. “Nadie sabía quién era yo pero interpreté muy bien a Jack y a la gente le gustó. De la nada tenía muchos contactos de la marcha y empezaron a invitarme a eventos que yo no sabía que existían y aprendí lo que es ser cosplayer”.

​

Siendo el capitán Sparrow su primer personaje empezó la batalla con la caracterización. “Jack es un personaje que utiliza muchos elementos como el maquillaje. Cuando empecé a hacerlo yo no sabía maquillarme solo y mi mamá me ayudaba a hacerlo. Para ir a los eventos me tocaba salir listo y me daba mucha pena salir maquillado de mi casa, trataba de que nadie me viera porque la gente me miraba mal y criticaba. Yo me avergonzaba mucho, era muy incómodo”, cuenta con voz tímida y pícara.

El primer concurso al que Conde se inscribió fue TIC al parque 2016. “Tenía miedo, mucho miedo, hice la versión Rey Caníbal del capitán Sparrow en la segunda película. Dije ‘me voy a arriesgar’ y memoricé la escena de los indios, cuando habla en otro idioma con ellos”. Ya era el momento de la presentación final después de haber practicado miles de veces “se me olvidó absolutamente todo, tenía pánico, mucho miedo y lo único que se me ocurrió fue empezar a improvisar inventándome palabras como si fuera otro idioma, salí y dije que no iba a volver a hacer esto en mi vida”. Esperando los resultados el tiempo era eterno, parecía detenerse, el presentador subió, “al dar los resultados yo gané, gané mi primer concurso, no me lo creía”.

​

En cada concurso piden un nick name, él decidió llamarse Conde Olrox por una combinación de un video juego que le encanta y el famoso libro, Drácula de Bram Stoker. Así, creó un personaje maravilloso que pronto resonaría en el mundo. “Empecé a ganar concursos y todos se preguntaban ¿quién es este chico? ¿De dónde salió?”. Conde explotó a Jack hasta donde no dio más, y es que los personajes que interpretaba Johnny Deep fueron como una catapulta para el reconocimiento de Conde, pues están llenos de excentricidad y carisma, “siempre trato de hacerlos idénticos”, afirma imitando la voz del pintoresco Willy Wonka.

 

Jack Sparrow se levanta de su pupitre, da la explicaciones necesarias durante su ponencia y cuando termina la exposición, alza la mirada, mira a los lados y se da cuenta que sus compañeros lo observan sin expresión alguna. Se quita el sombrero, hace una reverencia a sus colegas y de forma elegante se despide de ellos, “Hasta pronto camaradas, nos vemos en las profundidades”, dice mientras sale del salón B304.

​

Producción

​

Aplicando la base, dos tonos más claros que su piel y al mismo tiempo pensando cómo difuminar los colores que adornarán sus ojos, Conde va personificando a su próxima figura. La cabellera naranja y ondulada, recibe el sombrero, entonces Conde se transforma en  El sombrero.

​

Cuando empezó a tener más confianza en sí mismo se subía a cualquier medio de transporte totalmente vestido como su personaje. “Así como hay muchas personas que critican hay muchas que valoran mi trabajo, en especial los niños. Hice al Sombrerero loco de Alicia en un Halloween para recoger dulces y repartírselos a los niños, ese momento nunca se me va a olvidar. Cuando los niños me veían creían que en realidad yo era el personaje, me abrazaban y me regalaban sus dulces; en ese momento pensé ‘yo amo hacer esto y quiero seguir haciéndolo’”, dice.

​

Luego empezó a hacer cosplay de video juegos y de anime “no desmerito los demás cosplays que he hecho, pero debo admitir que estos personajes son fantásticos para caracterizar”. “La presentación de Black Goku es la primera en la que no uso mi voz sino una pista y realizo mímica sobre ella”. La voz es un elemento fundamental en Conde, él modula y hace que se escuche casi igual a la del personaje que está interpretando. Es una habilidad innata que tiene este joven lleno de aventuras.

​

El compromiso y la dedicación de un cosplay es gigantesco, todo el traje es detalladamente elaborado. En el caso de Conde al principio no usaba pelucas porque tenía el cabello largo pero sí lo modificaba y creaba el personaje. Para hacer el traje recogía lo que tenía en su casa y hacía el vestuario “yo aprendí a coser para hacer mis cosplays y cada vez me iba enamorando de trajes más complicados para hacer personajes aún más complicados. Yo  hago mis propios trajes porque mandarlos hacer o comprarlos me saldría muy costoso; la creatividad influye mucho en todo este tema, todo depende de ti y como lo quieras hacer”.

​

Conde dice que a las personas a las que les gusta este tema son tildadas de ñoñas, de hecho algunos aseguran que no tienen vida social, pero en realidad cuando entran en el mundillo (la atmósfera del anime, los videojuegos, el cosplay, entre otros) se encuentran con personas que tienen sus mismos gustos. “Mucha gente me decía usted no tiene vida por andar metido en el cosplay pero en realidad no, en realidad decido tener muchas vidas”.

                 

​

bottom of page