Cuando la adicción es sintética
Un estudio epidemiológico andino sobre consumo de drogas sintéticas en la población universitaria de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú del año 2009, afirma que el 13,4% de los estudiantes universitarios colombianos consumieron alguna droga sintética recreativa. Aunque la demanda de estas sustancias aumenta en Colombia y el consumo de algunas no esta penalizado, su tráfico y fabricación son considerados delitos.
Era miércoles en la noche, Juan Hernández* estaba frente a la consola del Dj. Los efectos del pase de 2CB (tu-si-bi) empezaron a reflejarse en su forma de actuar. Él ya no era el mismo de hace dos horas, su personalidad era otra. Juan alucinaba, suponía que estaba surfeando, tal vez en el Océano Pacifico ó Atlántico; doblaba sus rodillas y hacía maniobras tratando de hacer equilibrio para no chocar con una ola y evitar caer de su colorida tabla. Sus brazos se movían con la brisa que rosaba su rostro, iba al ritmo de la música, estaba en “trance”.
Juan*, al igual que muchos consumidores, no sabe que el 2CB, o Nexus, es una feniletilamina derivada de las anfetaminas. Es la evolución del 2C por eso su nombre 2CB. Su origen es alemán y hace más de nueve años que esta sustancia llegó a Latinoamérica. En Colombia, Héctor Mario Urdinola, alias ‘Chicho’, fue uno de los primeros en fabricarla. Según la Revista Semana la fórmula la consiguió secuestrando a Alejo Tusibi, el narcotraficante que la producía.
El proceso de fabricación combina altas concentraciones de diferentes drogas sintéticas, lo que hace que el polvo de la “Barbie”, como también se le conoce, no solo sea la droga de moda, sino que sea tan adictiva que sus consumidores se obliguen a pagar entre $90.000 y $150.000 pesos por un gramo, ya sea de color rosado, morado o cualquier otra de sus llamativas presentaciones.
Horas de alucinación
El proclamado padre de las drogas psicodélicas Alexander Shulgin, quien ha creado más de 200 sustancias alucinógenas, en algún momento llegó a afirmar que el 2CB “es visualmente placentero”. Con un efecto erótico de corta duración, resulta ser una droga que permite al consumidor dar un objetivo a su experiencia, sugiere el psicoterapeuta Neal Goldsmith para el sitio web alternativo Pijamasurf.
Sin embargo, su reacción depende de la cantidad consumida. Los efectos comienzan a sentirse a las dos horas y se prolongan de cuatro a ocho. Las sensaciones vividas con el 2CB son principalmente de inquietud pasajera, ansiedad e impaciencia sin motivo alguno y aumento de energía en el cuerpo. La dilatación de las pupilas, los cambios de humor y las alucinaciones dependen de la asimilación que ejerza el cuerpo sobre a la sustancia.
Mientras Juan está relajado sobre su tabla de surf, Mercy Torres* se siente eufórica y siente que la música la incita a realizar movimientos fuertes y toscos con sus brazos y piernas.
La Ketamina es otra de las drogas apetecida por los adictos y consumidores en las noches de rumba en Bogotá. También conocida como “Keta”, contiene colorantes químicos y sustancias como la fenciclidina que a largo plazo pueden ocasionar graves daños en los sistemas receptores del cuerpo y el cerebro. Los distribuidores agregan otros componentes, como la cocaína, con el fin de hacerla más adictiva.
La “Keta”, comúnmente utilizada como un analgésico y anestésico, es una vieja droga que empezó siendo de uso médico y pasó a tener fines “recreativos”. El principal efecto que causa en el cuerpo es el bloqueo de receptores neuronales (principales estimulantes del sistema nervioso) que, al ser interferidos, hacen que quien la consume se derrumbe en un estado “depresor”. Las alucinaciones generan una excitación altísima, siendo este el principal agregado al consumo de la Keta. Sin embargo, según el doctor Carlos Jaramillo, médico funcional y especialista en Homotoxicología Aplicada, “esta droga no es tan adictiva a nivel neurológico o fisiológico, como otras drogas sintéticas”.
Piloto automático
Los jóvenes son los mayores consumidores. Disfrutan de la vida libre, unos con lujos y otros sin ellos, pero consumir drogas es el punto de encuentro al que llegan acompañados por amigos de rumba. A pesar de conocer sobre los efectos secundarios, muchos siguen consumiendo su dosis “recreativa” o de costumbre diaria. Incluso hay quienes comienzan a prepararlas para su propio consumo o para hacer negocio.
Carla Guerrero* prepara la “Keta” de forma casera. Ella coge dos tarros de Keta líquida, cada uno de 5ml. y pone a cocinar el contenido. Dice que hay que cocinarlo a fuego lento y al baño María, luego debe esperar a que se evapore el líquido para que quede el polvo y se “rasque”, - forma en la que se extrae con los dedos la sustancia, ya evaporado-. El resultado se puede inhalar, inyectar, tragar, beber o vender: una bolsa de 1ml. cuesta $25.000 pesos.
El doctor Jaramillo afirma que estas drogas sintéticas al ser consumidas en dosis bajas entre 5ml y 10 ml, producen euforia, placer, supresión del hambre, sueño y sed. También causan un efecto de excitación motora reflejada en acciones irracionales como la pérdida de coordinación y ataques de pánico. De otra forma, una dosis media que va de ente 15ml. a 30ml. hace que el consumidor sufra de episodios psicóticos y, en peores casos; paros cardio-respiratorios, convulsiones, vómito, diarrea, dificultad para hablar y pensar. Una sobredosis se considera por un consumo aproximado de entre 60mg. y 70 mg.
“Todo a tu alrededor se trasforma, toma una apariencia que te satisface o crea repugnancia. Las alucinaciones comienzan con olores y sensaciones. Olor a vainilla, chocolate, incluso sientes el hedor de la putrefacción de un cadáver o de basura acumulada de días. Mientras tu nariz se entretiene, todos tus sensores nerviosos se activan, sientes el rose de tu cabello entre tus dedos, cierras los ojos. Pero recuerdas de nuevo el olor apestoso que hace que la satisfacción se aleje, te desesperas y no sabes si taparte la nariz o salir de donde estás”, relata Luisa Saavedra* quien tiene 21 años y lleva dos años consumiendo Keta. Fernando* ve demonios. Afirma que estos personajes salidos de la Keta, querían matarlo y que se acercaban a él mientras trataba de espantarlos con la mano. “Quién sabe cuántos han muerto por las reacciones violentas de estos drogadictos. Es mejor cada uno en su vídeo y no meterse en problemas”, supone Laura Montoya* un bella joven que vende algunas pepas y cartones de drogas sintéticas en las noches de rumba capitalina.
“La Keta me relaja y agudiza mis sentidos. También disfruto más de la música y me hace perder a veces el equilibrio. Una vez un amigo me dio un pase, después no me podía parar de la silla porque no sentía las piernas. Recuerdo que me sentía en una borrachera. Ahora no consumo, me mal envidea”, dice Camilo Gómez* un joven de 24 años que lleva consumiendo drogas más de seis años.
Tú me consumes, yo te consumo
En un estudio de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) se consignó que estas sustancias sintéticas reemplazan en forma creciente a las drogas tradicionales. Por otro lado, según la Unión Europea hay 49 nuevas drogas sintéticas. De estas sustancias psicoactivas 23 se relacionan con los canabinoides sintéticos, el más conocido es el THC (alucinógeno de la marihuana) y algunas otras son moléculas sintéticas, un polvo que asemeja los efectos de la cocaína como lo hace la Ketamina.
Si vamos un poco más abajo de esta gran nube de alucinación, podemos encontramos algunos casos de jóvenes que se inyectan, Krokodil o Cocodrilo, una droga que, literalmente, se traga a quienes la usan. Los efectos de estas sustancia se visibilizan en la piel, que se vuelve de aspecto escamoso. Con el uso frecuente, los miembros en los que se inyecta se tornan grises y Foto: Andrés Yepez crónicas 18 dejan la carne viva expuesta al medio ambiente, al final la víctima sufre de gangrena, puesto que la acción silenciosa del Krokodil queda al descubierto. Consume de adentro hacia afuera.
El nivel de adicción al Krokodil es altísimo y los niveles de toxicidad son superiores. La descripción de la D.E.A (Departamento Especial Antidroga) es que la piel puede presentarse como verdosa y escamosa debido al daño ocasionado en los a vasos sanguíneos y en los tejidos blandos por inyectársela.
Procedente de Rusia, la droga ya cuenta con aproximadamente 100 mil consumidores en su país de procedencia y 200 mil en Ucrania, afirma la agencia de noticias china Xinhua. En Ucrania, Estados Unidos, Brasil y México hay testimonios de gente que ha usado esta droga y que afirma que los efectos en ellos es de comportamiento irracional, privación del sueño, agotamiento, pérdida de la memoria y problemas de habla. Sin embargo, los gobiernos no han dado información oficial sobre la presencia del Krokodil en estos países.
“Yo pasé siete meses consumiendo drogas sintéticas. Ansiaba la llegada del viernes o el sábado para olvidarme del mundo, de mis problemas y sentirme feliz. Horas y horas de rumba, de licor, de drogas que disfruté, pero que no me dejaron nada, solo enfermarme de estrés y de ansiedad. Me di cuenta de que aquellos que me acompañaban metiendo, lo hacían solo por interés personal, por usarme y venderme drogas. Hace un mes que no consumo,” dice Julieta Pérez*, estudiante universitaria de 20 años que se drogó por primera vez gracias a unos conocidos que le ofrecieron éxtasis. Esa sensación de no saber por qué se está relajado, tranquilo y con adrenalina, fue lo que la cautivó al principio pero la desencantó al final, cuando la depresión tras la euforia le hizo entender que en esta gran pirámide los adictos están en el último eslabón.
Carcomido y engañado
La gran mayoría de consumidores piensan que se están inyectando heroína, como se los venden los “dealers”, pero en realidad el Krokodil es una droga peligrosísima que no solo provoca infecciones, también problemas renales y hepáticos.
Desomorfina es el nombre con el que también se le reconoce. La droga, que posee efectos sedantes, diez veces superiores a la morfina, no se ha logrado identificar en Colombia. Según la oficina de toxicología del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, aún no se han evidenciado casos que demuestren su consumo. Sin embargo, fuentes oficiales revelaron a Tinta Negra que la organización se encuentra en el proceso de importar las sustancias y componentes para desarrollar las investigaciones correspondientes que permitan identificar casos en el país.
Todos pueden ver estas reacciones con la difusión web que ha tenido el Krokodil. Vídeos, fotos y testimonios están a la orden del día. Se puede llegar a la conclusión de que la piel se vuelve como un pedazo de estropajo: agujerado, viejo y verde. Luego los huesos quedan expuestos y el dolor no pasa desapercibido, estos individuos no son zombis como los de The Walking Dead, son en realidad cadáveres carcomidos por el Krokodil.
El deterioro en los procesos básicos como la retención de ideas y la memoria influyen directamente en el estado de consciencia de los consumidores. Con cambios de personalidad, falta de tolerancia y la necesidad de consumir más drogas sintéticas se llega a un abismo, en el que se es capaz de todo con tal de percibir los efectos de la sustancia alucinógena, afirma Ana Gil, Psicóloga de la Universidad Católica.