La dama del verde
La han llamado la Juana de Arco colombiana, otros la consideran una mujer sencilla e irreverente y algunos ven en ella una enemiga. Periodista, analista política y hoy senadora de la Alianza Verde, no es monedita de oro que agrade a muchos. Éste es un perfil sobre Claudia López, desde su casa hasta el Senado.
Claudia Nayibe López Hernández llega a la casa de su madre después de una semana pesada, luego de participar en varios debates del Senado. “Esto sí, es comidita de verdad”, dice cuando prueba un ajiaco hecho por su mamá. Al verla saludar a sus tres hermanos, no parece que fuera la misma mujer que destapó la olla podrida de la parapolítica y que se convirtió en la piedra en el zapato para el ex presidente y hoy Senador Álvaro Uribe Vélez. Probablemente, Claudia no sería una figura pública colombiana tan importante, si hubiera estudiado medicina en la Universidad Nacional (tras haber presentado el examen de ingreso tres veces), o si no se hubiera presentado a la Universidad Distrital en donde estudió biología hasta sexto semestre destacándose por su participación en la Séptima Papeleta (Movimiento estudiantil de 1990).
La senadora nació el 9 de marzo de 1970. Su madre María del Carmen Hernández cuenta que siempre fue una niña muy inquieta, que preguntaba todo y que desde muy pequeña le gustaba leer el periódico. Narra anecdóticamente que Claudia se sentaba en el piso a leerlo y lo abría todo, de tal forma que parecía que las hojas cobraban vida propia como si estuviera parado sin que nadie lo sostuviera. Y es que Claudia prefirió la lectura antes que el juego porque desde los seis años le dijo a María, “mamá no más muñecas, más libros”. A pesar de que siempre fue una niña muy extrovertida, dos momentos familiares fueron determinantes en su vida. La separación de sus padres y la muerte de su hermana menor, quien murió en un accidente de niños, cuando jugaba a saltar una claraboya. Gracias a que Hernández fue maestra del Distrito, durante 40 años, fue inscrita a un programa de la Secretaría de Educación, que permitía a personas externas a la entidad, o a profesores de escuelas públicas vivir en las instalaciones de los centros educativos sin pagar arriendo, siempre y cuando se comprometieran a realizar las labores de vigilancia y aseo. Así fue como Claudia vivió en la Escuela La Granja en Engativá. Con los esfuerzos de su madre y de su padre, la actual senadora estudió en Colegio Bilingüe Joaquín Castro Caicedo. Allí llegaba todas las mañanas acompañada de su madre y en la tarde regresaba sola a casa.
EL PRIMER Y ÚNICO TORNERO
Reyes López, su padre, dice que Claudia siempre le llevó la contraria en sus ideas políticas, pues él es galanista y uribista. Pese a las diferencias, confiesa que por ella se dedicó a trabajar duro, como mensajero, vendedor y abarrotero. Dice que la niña siempre ha sido decidida y recuerda cuando siendo muy chica llegó a casa con un ternero. Entonces cuando se le pregunta a López sobre los hechos, ella sonríe y dice que hubiera podido terminar en Fedegan en vez del Congreso. Cuenta López que en uno de esos trayectos hacia su casa fue donde conoció a un niño con el que ju gaba fútbol esporádicamente. Este cuidaba un ternero que un día apostó con ella y lo perdió. De tal manera que la niña victoriosa llevó el animal a su casa, situación que su madre no aguantó por lo que decidió devolver el animal a su dueño pese a las pataletas y lloriqueos de Claudia. “Eran las siete de la noche, alistamos una linterna y nos fuimos en busca del dueño del ternero, en medio de los potreros”, señala Hernández, riendo, con algo de nostalgia. Diez años después de su nacimiento Claudia empezó a compartir sus juguetes. Su madre se casó de nuevo y tuvo tres hijos más, Carolina, Jason Eduardo y José Luis; “los griegos” dice Claudia, ya que uno estudió música y el otro filosofía. Por su parte su padre tuvo dos hijos más, Ginna y Andrés Javier. La llegada de sus cinco hermanos hizo que el colegio privado quedara atrás, por eso estudió en el colegio del Distrito Policarpa Salavarrieta hasta tercero de bachillerato. Comenzó habilitando en sexto, rehabilitando en séptimo y perdiendo el año en octavo. Sus padres, como castigo, decidieron llevarla al internado Nuestra Señora del Rosario, ubicado en Funza. Claudia pasó allí tres años de su vida, donde se acostumbró a madrugar, tenía que estar en la ducha a las 5:00 a.m. y entrar a misa faltando 10 minutos para las 6:00 a.m. A las 8:00 p.m. debía estar bajo las cobijas.
DE BIÓLOGA A POLITÓLOGA
Claudia terminó el bachillerato en 1987 y entró a estudiar Biología en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, después de haber hecho tres intentos por entrar a estudiar Medicina en la Universidad Nacional. Su madre le aconsejó que estudiara algo afín con la medicina, sin embargo, esa carrera sus padres no podían pagarla porque estaban endeudados con la compra de un apartamento en Candelaria la Nueva, (Ciudad Bolívar). Cuando cursaba sexto semestre de biología, algo cambiaría el destino de su vida. Claudia entró a hacer parte del movimiento de la Séptima Papeleta y representó a su universidad. En él conoció a grandes amigos como Alejandra Barrios, Fabio Villa, Catalina Botero y Ana María Ruiz, esta última fue su jefe de prensa en la campaña al Senado. Después de la Séptima Papeleta, la senadora decidió abandonar el sueño de convertirse en médica y bióloga. Hizo un préstamo al Icetex y estudió Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad del Externado. Asegura que fueron momento difícil porque para poder comprar las copias y mantenerse tuvo que hacer varias cosas, fue mesera, recepcionista, secretaria, operaria de una fábrica de equipos de odontología, incluso fue payaso, una profesión que recuerda entre risas y melancolía. Mientras estudiaba en el Externado conoció a Enrique Peñalosa quien pasó de ser su maestro a su amigo. Aunque la relación en un principio no era muy buena, Pe- ñalosa se reía de Claudia por ser la mayor del curso, con veinte años. Ella no se quedaba atrás y le llamaba neo-liberal. Andrés Pacheco, uno de sus grandes amigos de la universidad, la recuerda como “una nerd buena gente”, dice él. Afirma que a pesar de su entrega académica, Claudia es una buena rumbera y una gran amiga, con la cual ha compartido más de una fiesta. Vivir en Candelaria la Nueva, de lo que se siente orgullosa, le trajo su primer contrato. Un día se encontraba en la casa de Catalina Botero, tomando onces, y la mamá de Catalina había invitado a algunos miembros del programa de Hábitat de la ONU. Estos iniciarían una investigación en la que el Gobierno colombiano facilitaría un préstamo para un proyecto de vivienda en Ciudad Bolívar. Esa noche, Claudia se convirtió en una de las consultoras de la investigación, gracias a su amplio conocimiento sobre la Localidad.
I’M CLAUDIA
Claudia apenas podía decir Hello. Aprendió inglés saltando matones después de haberse ganado una beca para hacer una maestría en la Universidad de Columbia, en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales-SIPA, de Nueva York. Allí entre sanitarios y trapos para limpiar el polvo de las casas, Ló- pez sobrevivió, estudió y aprendió el inglés. Sin embargo, al volver a Colombia se encontró con un escenario inolvidable. Curiosamente los jefes “paras” tenían más de una curul en el Congreso. Personajes como Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y ‘Ernesto Báez’, se explayaban en los asientos de cuero del capitolio. Así Claudia se propuso investigar la forma exacta cómo estos parlamentarios habían conseguido estos cargos. En el 2004 luego de llegar de Estados Unidos fue Asesora del Viceministerio de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Este cargo solo lo tuvo durante un año, ya que Enrique Peñalosa decidió lanzarse como candidato a la presidencia de forma independiente y la llamó para que trabajara con él, ella aceptó la propuesta sin dudarlo. Su carácter fuerte y su tesón hicieron que Claudia decidiera ser analista política para el portal de la revista Semana en el 2005. “Ella puede dar cuatro órdenes a la vez”, afirma Juanita León, directora del portal lasillavacia.com. Su primera columna se llamó “La infidelidad paga”, dedicada a Peñalosa, pues él decidió unirse al Partido Liberal y competir en la consulta contra Serpa por la candidatura roja. Caracol radio, Lasillavacia.com y El Tiempo también le abrieron las puertas a López para que publicara sus escritos. Pero de este último salió por la puerta trasera, cuando publicó la columna Reflexiones sobre un escándalo, en donde al final de la columna había una nota del medio que decía: “N. de la D.: EL TIEMPO rechaza por falsas, malintencionadas y calumniosas las afirmaciones de Claudia López. La Dirección de este diario entiende su descalificación de nuestro trabajo periodístico como una carta de renuncia, que acepta de manera inmediata.” En el 2008, López fue directora del Observatorio de la Democracia Misión de Observación Electoral donde adelantó una investigación sobre votaciones atípicas. “Yo había hecho en la Misión de Observación Electoral una serie de investigaciones sobre las zonas donde se presentaron votaciones atípicas y simultáneamente Juanita León estaba trabajando en algunos mapas sobre la expansión paramilitar en Colombia. En algún momento hablé con ella para contarle en qué iba mi trabajo y acordamos al final que ella me mandaba los croquis que estaba haciendo para verlos”, afirma Ló- pez. Al comparar los mapas ambas se llevaron una gran sorpresa, pues precisamente las zonas donde había votaciones atípicas para los congresistas, coincidían con aquellas de más despliegue paramilitar. La investigación siguió su curso hasta comprobar que los dos fenómenos iban de la mano. Quisieron publicar en la revista impresa Semana, pero no les fue posible, entonces publicaron en Semana.com. Lo que se esperaba no ocurrió. La bomba informática no estalló de la forma que ellas anhelaban. Los demás medios no reaccionaron, solo hasta diciembre, cuando Gina Parody dio unas declaraciones en las que se negaba a encabezar la lista de La U al Senado, si Juan Manuel Santos, su director, no expulsaba del partido a todos aquellos que —según los mapas de Claudia— eran sospechosos de tener relaciones con las Auc. Los informes recobraron vigencia y los demás medios empezaron a difundirlos. La investigación dejó un saldo de 42 congresistas en la cárcel los cuales fueron denunciados por López, por tener nexos con las Auc, pero la historia no terminó ahí. El último por denunciar fue el ex gobernador de la Guajira Francisco “Kiko” Gómez, que actualmente se encuentra detenido por presunta participación en el asesinato de tres personas. Según López gracias a las denuncias de lasillavacia.com, la Procuraduría lo destituyó e inhabilitó . Pero aún en la cárcel Gómez sigue siendo una pesadilla para la senadora. El 26 de abril del 2014, Claudia dio a conocer información que le reveló el propio Gobierno. “La Unidad Nacional de Protección me informó que hay riesgo extremo de que me asesinen”, aseguró López. El presidente Santos mandó a duplicar la seguridad de López y ordenó agilizar las investigaciones sobre estas amenazas. Pero la verdad es que Claudia ya sabe quién está tras esto. No duda en señalar al destituido gobernador de La Guajira y al narcotraficante ‘Marquitos Figueroa’, jefe de una banda criminal de ese departamento. María del Carmen Hernández dice que sintió morirse el día en que vio a su hija rodeada de guardaespaldas, pero sabe que esto es necesario. “Por Claudia aprendí a rezar”, dice su madre con un tono de angustia.
LA JUANA DEL ARCOIRIS
Angélica Lozano, su actual pareja, cuenta que Claudia es una mujer apasionada por todo lo que hace, que se enamoró de ella por la gran calidad humana que tiene y por una inteligencia asombrosa. “Claudia es una mujer sumamente valiente y eso es admirable en cualquier ser humano”, afirma Lozano. Sin embargo, dice que teme a diario por la vida de López, pero que comprende directamente su lucha. Entre sus opositores están Luis Alfredo Ramos y el actual representante a la Cámara Rodrigo Lara de Cambio Radical, cuestionado por López gracias a la reforma política, quien dice que se sintió insultado por ella durante la audiencia pública en la que se discutió sobre este proyecto. “Se cree una iluminada. Habla como si fuera Juana de Arco”, dijo en su momento Lara. El paso de López por la Fundación Arco Iris no solo fue importante para la fundación, sino para Colombia. Realizó varias de las investigaciones sobre la parapolí- tica y ayudó a combatir las mafias del poder. Esa es la senadora Claudia López, la que cada vez que se pronuncia genera polémica, porque no tiene pelos en la lengua para poner en su lugar a la clase corrupta del país. López, una mujer que no nació en cuna de oro, pero que tuvo el mayor número de votos para llegar al Senado como representante del partido Alianza Verde, siendo la preferida entre los jóvenes de la universidades de este país, porque les demuestra que no hay tendencia sexual que pese ni condición física que la derrote, porque con disciplina, perseverancia y trabajo se puede superar el cáncer de seno, publicar en libros y medios de comunicación, lograr ser reconocida como una de las 30 mejores líderes de Colombia por la revista Semana (2011) y la Fundación Liderazgo y Democracia, ser reconocida por la universidad de Yale como una de las 15 líderes del mundo (2009), premiada con la beca para postgrado del Banco Interamericano de Desarrollo y con la beca para diplomado del Institute for Housing and Urban Development Studies de Rotterdam (Holanda). López es sin duda una mujer hecha a pulso, que sacó adelante sus estudios de doctorado en la universidad de Northwestern University con un lema se supera adversidades: “Yo puedo”; el mismo con el que logró dominar los idiomas Inglés y Español, el mismo con el que puede ir más allá de un sencillo y cálido hello.