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A pasos de gigante


Fotos: Cortesía de Alejo Little

David Alejandro un comediante, diseñador y publicista y además influenciador en redes sociales se ha ganado el cariño y la admiración de millones de personas.


“Mido 90 c.m y nada me ha quedado grande”, dice Alejandro Marín, más conocido como Alejo Little, un hombre que a sus 24 años padece de displasia ósea, tiene 25 cirugías encima, 122 millones de seguidores en Instagram y 17.555 en YouTube. Publica semanalmente todo tipo de videos inspiradores, y fotografías, y a veces reflexiones personales con el fin de entretener y revelar una parte de sí mismo, para dar cuenta de que la enfermedad es solo eso, una discapacidad, un nombre, una etiqueta que no significa ser incapaz.


Nació con displasia ósea; un grupo heterogéneo de enfermedades que afectan principalmente al tejido óseo que provoca un retardo severo del crecimiento y una alteración en la formación del hueso. Esta enfermedad afecta tan solo a 1 de cada 4000 recién nacidos. “Dependiendo del grado de la enfermedad se cataloga como una discapacidad” Afirma Zulma Serrato médica general y pediatra.

Debido a su condición Alejo fue matoneado en su juventud. “El mayor problema con el bullying lo tuve en primaria, mis compañeros me juzgaban y se burlaban de mi por mi discapacidad”, afirma Alejo. Aunque para él es complicado hablar del tema y en ocasiones lo evade, prefiere contar esas historias en las cuales demuestra que con el paso del tiempo se ha fortalecido. Gigante de acero Alejandro, diseñador gráfico y publicista graduado de la universidad Salazar Herrera, donde también sufrió bullying no se rindió y siguió adelante. “Cada una de esas circunstancias me fortalecía cada día más al punto de querer combatir el bullying” relata Little. Decidió crear una campaña contra el matoneo llamada “Bullying sin medida es amarse sin medida”, el propósito de esta, es marcar una diferencia, que no sea como todas las campañas contra el bullying sino que enseñe cómo enfrentarlo con las experiencias de vida que él narra ¿Cómo se puede sobrevivir a ello?, esta es una de las muchas preguntas que Alejo ayuda a resolver a todos aquellos que asisten a sus conferencias.

“Una de las historias que más cuento en mis conferencias es el surgimiento de mi nombre artístico” dice Alejo. Esta es una de las anécdotas que le enseñan a sus asistentes como sacarle provecho al bullying, cómo a partir del matoneo puede salir algo constructivo. “Un día iba a clase en mi monopatín y un compañero me dijo ¡Stuart Little! Instantáneamente contesté somos la misma rata pero con diferente cola, sin pensar en lo que estaba diciendo en el momento y al entrar a mi clase de inglés, me quedó sonando y gustando el “Little”, por esta razón me bauticé Alejo Little en las redes sociales”. Situaciones como esta acecharon la vida de Alejo durante mucho tiempo, sin embargo, siempre sacó lo mejor de ellas. “De esta forma surge mi nombre artístico y lo que pretendo al contarlo es que los chicos sepan que siempre hay un lado positivo de las cosas”.


Me armé de coraje


Alejo Little se mueve en monopatín. Cuenta que hasta la fecha ha tenido cinco. Cuando iba a empezar a realizar su carrera profesional, no sabía cómo desplazarse a cada salón o bloque puesto que se demoraba mucho caminando por su discapacidad, sin embargo, faltando dos meses para ingresar fue a la casa de un primo, en un rincón vio un monopatín, al cual le tenía pavor. “Cuando era más pequeño, me monté en uno de ellos y no me fue tan bien, ya que me caí. No solo me lastimé sino que también rompí el juguete, así que tenía miedo de volver a montar en uno”. Sin embargo, eso no le impidió superar su temor, montó aquel monopatín y en ese momento se dio cuenta de que este objeto sería su compañero de vida, su mejor extremidad.

“Luego de esta emocionante experiencia le dije a mi padre que quería un monopatín”, cuenta Alejo con una alegría y nostalgia. El padre de Little se alegró totalmente, pues por fin había encontrado una solución para su problema de desplazamiento, no obstante, ahora surgía otro percance, aquel monopatín que tanto anhelaba su hijo era muy costoso para su presupuesto, pero como en palabras de Little “Dios es maravilloso y los ángeles existen”, un día iba su padre en la moto repartiendo un domicilio y vio a un reciclador con un monopatín sin llanta, él se detuvo y le ofreció 20 mil pesos para que se lo vendiera, era lo único que tenía en la billetera y lo que se había hecho en el día, de esta forma fue como obtuvo su primer monopatín. Y es que los que ha tenido han sido de mucha ayuda y lo acompañan hasta el día de hoy, “Es una de las mejores adquisiciones que he hecho, y seguiría comprando más, se han convertido en mi mejor amigo”.


Me iluminó con sus consejos


Su pionera hacia el éxito fue Alejandra Azcarate, fue ella la primera en confiar en el

talento y la pasión de Alejandro, “Descárate sin evadir” pudo haber sido el programa que le daría el pase directo a la fama. Sin embargo, el programa piloto grabado con él no fue aceptado por los productores, ya que Little no contaba con la experiencia suficiente para presentar un programa de tal magnitud. Pese a esto Alejandra lo impulsó a darse a conocer por otros medios como las redes sociales y demás plataformas digitales. La comedia fue su punto focal para comenzar este proceso y este estilo de vida, que le dio un cambio drástico a lo que el acostumbraba a hacer normalmente. Fue un riesgo muy grande que decidió tomar porque dejó su trabajo como diseñador gráfico en una empresa que lo remuneraba muy bien, por lo que hacía.


El hacer videos obligó a Alejo a renunciar pues le implicaba invertir todo su tiempo, esto, le trajo complicaciones no solo económicas y familiares pues el sustento de su casa corría por cuenta suya. “Yo tenía claro que ese propósito debía cumplirlo, sin embargo me puse un tiempo límite, si al año las redes sociales no me daban para cumplir con mis responsabilidades volvería a desempeñar mi profesión, el tiempo es oro”. Hace dos años Alejo se dedica completamente a sus videos, y redes sociales.


Así, en sus programas, Alejo interpreta diversos pesonajes. Uno de sus primeros fue el de Aleida, una vendedora de catálogo, quien realizaba ese trabajo junto con su tía. El nombre de Aleida fue repentino. “Mi mamá un día me dijo Alejandro ya vengo me voy para donde Aleida, una amiga, y el nombre me gustó, decidí llamar a mi personaje así”, cuenta.


Se dio cuenta además, que no solo sus personajes merecen ser personificados y tratados diferente, por eso se le ocurrió la idea de nombrar a sus fans como “Ñeñes”


Por ahí dicen que las mejores cosas de la vida vienen en empaques pequeños, y en este caso Alejo Little que por su actitud, carisma, empeño, por el amor hacia su familia, amigos, sus seguidores, y sobre todo por su trabajo actual, ha logrado sacar risas a través de la comedia, sin importar sus 90 centímetros de estatura que hoy lo hacen ver como un gigante de las redes sociales.


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